La manera más fácil de equilibrar los colores y encontrar un balance en la decoración, es equilibrando correctamente cada color.
Esto quiere decir que debes aplicar 3 colores diferentes en distintas proporciones: 60% de un color predominante, 30% de un color intermedio y 10% de un color acento.
El color predominante tienes que aplicarlo en los muros más grandes y largos.
El color intermedio lo aplicas en las paredes más cortas, son las que tienen ventanas y puertas, lo puedes aplicar en franjas o bloques de color.
El color acento puede ir en marcos de puertas y ventanas.